El concurso de acreedores que atraviesa el Real Valladolid ya tiene fecha de caducidad. El proceso, iniciado el 30 de diciembre de 2011 para evitar la quiebra de la sociedad (o reducir la monstruosa deuda acumulada), vivirá sus últimos coletazos a finales de este 2013. El juez Javier Escarda de la Justicia, titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Valladolid, ha fijado para el 20 de diciembre la junta de acreedores de la entidad que preside Carlos Suárez y que desde hace casi dos años ha funcionado tutelada por los administradores concursales Juan Barco Vara y Ricardo Nieto Sampayo. La reunión de demandantes tendrá lugar a las 10:45 horas de ese viernes de diciembre previo a las fiestas navideñas en la sala de vistas del juzgado, según el edicto emitido por Javier Escarda de la Justicia.
Será la hora H del día D. Entonces, los acreedores del Real Valladolid (a los que la entidad blanquivioleta adeuda 72 millones de euros) deberán aceptar el convenio propuesto por el club blanquivoleta, con las correspondientes quitas (reducción de las cantidades a cobrar por los demandantes) y plazos de pago o, en el peor y más improbable de los escenarios, la disolución de la sociedad Real Valladolid CF SAD y la liquidación de los bienes inventariados el pasado año.
Los dos administradores concursales han comunicado ya al club blanquivioleta la urgencia de preparar el escrito que será presentado antes de la junta del 20 de diciembre a los tres centenares de acreedores registrados.
Juan Barco y Ricardo Nieto analizarán previamente la propuesta y deberán sancionar el convenio del club, aunque el informe que emitan no será vinculante.
Sin embargo, una opinión negativa de los dos administradores pesaría como una gigantesca losa sobre la decisión de los acreedores y precipitaría el proceso concursal hacia el abismo de la liquidación.
Con un informe favorable, lo normal es que los demandantes aceptasen el plan de viabilidad propuesto del Real Valladolid, aunque los acreedores siempre son soberanos para adoptar sus propias decisiones.
Cifras similares
Juan Barco y Ricardo Nieto presentaron el pasado 2 de septiembre el informe concursal definitivo en el juzgado. En él se detalla con absoluta minuciosidad la situación económica del Real Valladolid y se repasa la evolución de la empresa desde su conversión en sociedad anónima deportiva iniciada en 1991.
En el informe definitivo los dos administradores fijan la deuda del Real Valladolid en 72 millones, una cantidad ya reflejada en la lista de acreedores presentada en abril de 2012.
Desde entonces, se han producido incidentes concursales, con adición de nuevos demandantes pero también con sustracciones, por lo que la cifra final de deuda ha dejado prácticamente el mismo importe determinado entonces.
El número de acreedores, a los que se han seguido sumando empresas en los últimos meses, asciende hasta los tres centenares de reclamantes, una cifra en la que están incluidos futbolistas de la plantilla y trabajadores de la entidad blanquivoleta, otras sociedades, entrenadores como José Luis Mendilibar y todo su cuerpo técnico, agentes de jugadores, clubes como Manchester United o Real Madrid, el propio presidente Carlos Suárez o la Seguridad Social y Hacienda.
En lo que respecta a la Agencia Tributaria, el mayor acreedor del club, el Real Valladolid reconoció en las últimas cuentas una deuda de 44 millones de euros previa al concurso aumentada posteriormente en dos millones más. El informe definitivo refleja esas cifras, con escasas variaciones respecto al informe previo.
Desde este momento y hasta el próximo 20 de diciembre, el Real Valladolid deberá elaborar su propuesta de convenio, los administradores tendrán que emitir su dictamen no vinculante y los acreedores personados dispondrán de un plazo para estudiar las condiciones que plantee el Real Valladolid (porcentaje de la quita; plazos estipulados para abonar las deudas; otro tipo de contrapartidas). De ahí que, tras la presentación del informe concursal definitivo, aún deban transcurrir más de tres meses hasta la fecha fijada por el juez Javier Escarda y resultase imposible celebrar la junta de acreedores antes del próximo mes de diciembre.
De mano alzada a escrito
El proceso puede sufrir alguna variación si la junta de acreedores se transforma y pasa de un proceso público a mano alzada en la sala de vistas del juzgado (como está fijado en el edicto) a una junta por escrito, donde todas las adhesiones se adopten por ese medio. El cambio de fecha no abarcaría más de una o dos semanas en este supuesto. En cualquier caso, el concurso del Real Valladolid afronta ya sus últimos meses de vida. Los acreedores tendrán luego la última palabra.
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