Jaime Jiménez (Valdepeñas, 1980), trofeo Zamora de Segunda en la temporada 2011-2012 y colaborador necesario en el ascenso a Primera, deja clara esta premisa antes de una entrevista cuyas preguntas -asegura entre medias- deberían estar dirigidas al entrenador, «porque es él quien toma las decisiones». Pero acepta de buen grado dar su opinión.
-Ha pasado 28 jornadas de Liga en el banquillo y, de repente, asume la titularidad. ¿Sabe por qué?
-Cuando empezó la liga y no aparecí en el once no pedí explicaciones. Y fui el único del año pasado con el que no contó el entrenador. Ahora, tampoco las pido. Supongo que el entrenador lo hizo pensando en que era lo mejor para el equipo.
-¿Cree que en este rescate puede tener algo que ver la derrota en Sevilla por 4-1? [Fue el último partido en el que Mariño jugó como titular].
-Creo que no. No creo que aquel resultado fuera el motivo de mi titularidad. Se han producido otros cambios en otras posiciones y creo que tienen que ver con la intención de mejorar una mala temporada. Lo que ocurre es que la de portero es una posición muy específica y se nota más.
-¿Cree que puede terminar la Liga como titular en la portería?
Jaime empieza a sentirse incómodo y hace su primera referencia al entrenador como destinatario de la pregunta. Pero no renuncia a hacer un comentario.
-Esa es una decisión que debe tomar el entrenador. Y yo siempre he aceptado las decisiones del entrenador. A él le pagan para eso. Yo entreno para tratar de cumplir los objetivos del club. Solo espero que, ahora que juego, me den la confianza que un portero requiere.
-¿Cree que el del 7, frente al Real Madrid, es un partido perdido?
-En noventa minutos puede ocurrir cualquier cosa. En un partido, la cabeza, las ganas y el corazón pueden estar por encima de los presupuestos, las etrellas... Todo vale. Claro, que necesitamos dar lo mejor de cada uno, que el Madrid no esté al cien por cien y que todo se ponga de cara. Las gestas son del corto plazo. Cualquier batalla se puede ganar. Otra cosa es la guerra.
-¿Se atreve a dar un pronóstico sobre los equipos que van a perder la categoría?
-No hay ningún equipo al que no tenga estima. Me da igual [da por sentado que el Valladolid no va a descender]. Pero si tengo que responder preferiría que la clasificación se quede como está (Getafe, Almería y Betis están en puestos de descenso) y no me complico más la vida.
-Van a estar dos semanas sin competir por los cambios introducidos debido a la final de la Copa. ¿Cree que para el Valladolid es más perjudicial desde el punto de vista físico o psicológico?
-Personalmente preferiría competir. Pero puede haber un punto positivo para el conjunto general de la plantilla, y un aspecto que le viene bien al equipo y es que hay algunos jugadores con sobrecargas, tocados físicamente, que pueden aprovechar este parón para recuperarse. Pero no es algo que a mí me coma el coco.
-Volvió a ser titular encajando un gol que permitió el empate en casa frente al Rayo Vallecano y al siguiente encajó en San Sebastián otro que supuso la victoria de los donostiarras. ¿Temió que peligrara la confianza del entrenador en usted?
-Un jugador de campo vive más del corto plazo. Sus errores o aciertos pueden ser más decisivos para su continuidad. Para un portero es distinto. Necesita un mayor margen de confianza y no depende tanto de una victoria, un empate o una derrota. Yo he demostrado lo que sé hacer con algunas grandes campañas, como la del ascenso. Y creo que hay que aprovechar la confianza en un portero en favor del equipo.
-¿Es difícil tener una buena relación con otro portero de su mismo equipo? ¿Cómo es su relación con Mariño?
-Hay dos planos. En el deportivo, en el plano profesional existe una sana competencia. En el aspecto personal tenemos una buena relación y creo que él también ha dicho lo mismo. Cuando salimos fuera dormimos en la misma habitación y la relación es buena.
-¿Cuál es su impresión sobre cómo ha recibido el vestuario su vuelta la titularidad?
-Esta ha sido una temporada muy mala para mí. La peor, pero no solo por motivos deportivos, sino personales, en lo que no voy a entrar. Y solo tengo agradecimiento para mis compañeros de vestuario. Por su apoyo, que ha sido total a lo largo de la temporada. Un apoyo que es muy importante también cuando no estás jugando. Yo he notado ese apoyo durante toda la temporada.
Jaime se queda con el buen gusto de recalcar el apoyo de sus compañeros antes de salir pitando hacia el vestuario para vestirse de corto antes de empezar el entrenamiento. En la puerta de los Anexos, los aficionados más jóvenes le asaltan para pedirle autógrafos y fotografiarse con él.
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