El equipo madrileño se durmió en los laureles y el Real Valladolid buscó su oportunidad hasta que Osorio marcó en el minuto 85
Un cabezazo de Osorio en el minuto 85 puso patas arriba la Liga BBVA. Un testarazo de un depredador del área que ha estado muchos partidos esperando dar un zarpazo como éste, que da la vida al Pucela y desangra al Real Madrid.
Corría el minuto 85 y el Real Valladolid lo seguía intentando. Como podía. Sin apenas hacer daño a un Real Madrid que veía imposible que el rival le marcara un gol y equilibrara el tanto que Sergio Ramos había facturado de falta directa en el minuto 35. Pero el Pucela nunca bajó la cabeza. Tuvo fe. Buscó una ocasión. Solo una ocasión. La ocasión. Y la encontró en un balón al área que colgó Javi Baraja al corazón del área, donde apareció Osorio para conectar un cabezazo pegado al palo. Inapelable para un Casillas que no había tenido que hacer parada alguna hasta ese momento.
El debate de la justicia y la injusticia queda para otro momento. El Real Madrid, que se encontró con la lesión de Cristiano Ronaldo en el minuto 8, hizo el partido que quiso y cuando quiso ganar con la ley del mínimo esfuerzo lo pagó muy caro porque no midió que delante había un equipo que quizá tenía muy poco para hacerle daño, pero que no renunció a la machada. Ante un torero de tronío, el toro estaba herido de muerte, pero le quedaba el último hilo para tirar un derrote mortal de necesidad.
Durante muchos minutos de la segunda parte, el Real Valladolid tuvo el balón y encontró espacios porque aunque parecía que no acababa de hacer daño al Real Madrid, lo cierto es que no es fácil crear peligro al equipo de Ancelotti. Con sus armas, el Real Valladolid jugó bien al fútbol. Estuvo muy firme en defensa –el Real Madrid sólo pudo marcar de falta directa y no tuvo ocasiones de gol- y con sus recursos buscó el gol, aunque el centro de la defensa madridista parecía un muro inexpugnable ante Casillas. Hasta que apareció Osorio, que había sustituido a Jeffren en el minuto 72.
Lo más curioso de todo es que con el 1-1 y con Zorrilla convertido en una locura en la grada y en el campo, el Real Valladolid tuvo la mejor ocasión del partido, una oportunidad increíble: una contra llevada por Bergdich con Larsson a la derecha y Guerra a la izquierda, y delante, solo Pepe; Bergdich corrió y fijó al defensa, pero antes de llegar al área, Pepe cortó el pase que dejaba a Javi Guerra ante Casillas. El Real Valladolid tuvo en esa jugada el gol de la salvación. Se tuvo que conformar con el de Osorio. El gol que le da la vida.
Con este empate, el Real Valladolid sale del descenso, empatado a puntos con el Almería y el Getafe y con uno más que el Osasuna. Y con este empate, el Real Madrid dice virtualmente adiós a la Liga, que se puede decidir en el Nou Camp en el F.C. Bacelona – Atlético de Madrid. Pero esa es otra historia. Una historia que no va con él.
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Corría el minuto 85 y el Real Valladolid lo seguía intentando. Como podía. Sin apenas hacer daño a un Real Madrid que veía imposible que el rival le marcara un gol y equilibrara el tanto que Sergio Ramos había facturado de falta directa en el minuto 35. Pero el Pucela nunca bajó la cabeza. Tuvo fe. Buscó una ocasión. Solo una ocasión. La ocasión. Y la encontró en un balón al área que colgó Javi Baraja al corazón del área, donde apareció Osorio para conectar un cabezazo pegado al palo. Inapelable para un Casillas que no había tenido que hacer parada alguna hasta ese momento.
El debate de la justicia y la injusticia queda para otro momento. El Real Madrid, que se encontró con la lesión de Cristiano Ronaldo en el minuto 8, hizo el partido que quiso y cuando quiso ganar con la ley del mínimo esfuerzo lo pagó muy caro porque no midió que delante había un equipo que quizá tenía muy poco para hacerle daño, pero que no renunció a la machada. Ante un torero de tronío, el toro estaba herido de muerte, pero le quedaba el último hilo para tirar un derrote mortal de necesidad.
Durante muchos minutos de la segunda parte, el Real Valladolid tuvo el balón y encontró espacios porque aunque parecía que no acababa de hacer daño al Real Madrid, lo cierto es que no es fácil crear peligro al equipo de Ancelotti. Con sus armas, el Real Valladolid jugó bien al fútbol. Estuvo muy firme en defensa –el Real Madrid sólo pudo marcar de falta directa y no tuvo ocasiones de gol- y con sus recursos buscó el gol, aunque el centro de la defensa madridista parecía un muro inexpugnable ante Casillas. Hasta que apareció Osorio, que había sustituido a Jeffren en el minuto 72.
Lo más curioso de todo es que con el 1-1 y con Zorrilla convertido en una locura en la grada y en el campo, el Real Valladolid tuvo la mejor ocasión del partido, una oportunidad increíble: una contra llevada por Bergdich con Larsson a la derecha y Guerra a la izquierda, y delante, solo Pepe; Bergdich corrió y fijó al defensa, pero antes de llegar al área, Pepe cortó el pase que dejaba a Javi Guerra ante Casillas. El Real Valladolid tuvo en esa jugada el gol de la salvación. Se tuvo que conformar con el de Osorio. El gol que le da la vida.
Con este empate, el Real Valladolid sale del descenso, empatado a puntos con el Almería y el Getafe y con uno más que el Osasuna. Y con este empate, el Real Madrid dice virtualmente adiós a la Liga, que se puede decidir en el Nou Camp en el F.C. Bacelona – Atlético de Madrid. Pero esa es otra historia. Una historia que no va con él.
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