El Real Valladolid perdió en Leganés su tercer partido en la Liga, segunda consecutiva tras la derrota por 1-2 del pasado fin de semana ante la U.D. Las Palmas. Cayó por 1-0 en Butarque, gol encajado en el minuto 74 de una segunda parte muy floja de los blanquivioleta, que entraron en la segunda mitad desesperados por su falta de puntería en la primera, en la misma medida que su rival, como sucediera en los últimos partidos, se agrandó hasta ser claramente superior en el terreno de juego.
Una vez más, no fue el partido del Real Valladolid ante la portería contraria. Es muy difícil explicar cómo un equipo, después de generar media docena de ocasiones de gol se va de vacío. En la primera mitad, cuatro muy claras: un remate de Óscar en el área pequeña que sacó felinamente Serantes; un cabezazo sin oposición de André Leao en un córner que se fue lamiendo el palo; y dos llegadas de Jeffren ante el portero local.
Pero lo cierto es que el Pucela se quedó una vez más sin marcar en la primera mitad, en la que sin dominar claramente el partido, sí fue mejor que el Leganés, al menos en el cómputo global de las ocasiones de gol, aunque el conjunto madrileño también tuvo un par de buenas llegadas que zanjó con su habitual sobriedad Javi Varas.
En la segunda mitad, el C.D. Leganés fue a por el partido sin vacilar y superó claramente al Pucela. La presión pepinera asfixió el juego combinativo del Real Valladolid y con el balón le puso contra las cuerdas una y otra vez, tanto si movía el balón en triangulaciones precisas y rápidas, como si ponía el balón en las proximidades del área con juego directo.
El dominio fue tan claro que Rubi tuvo que meter cambios para recuperar el centro del campo. Entraó Peña para adelantar a Mojica –en la primera parte lateral izquierdo- y después Álvaro Rubio por Bergdich, con el fin de parar al Leganés y recuperar la pelota, pero no lo consiguió y al final el empuje del Leganés fue tan constante que consiguió el gol de una victoria que mereció por su buen fútbol en esa segunda mitad. Sin duda, los segundos 45 minutos en Leganés fueron los peores del Pucela en la Liga y el Leganés mereció el gol que se le niega preocupantemente al Real Valladolid.
Ahora, por delante, el Pucela tiene el partido de la Copa del Rey ante el Elche (martes 2, 22 horas) para “limpiar” su cabeza y rehacerse para afrontar la visita del próximo domingo, a las 18,15 horas, del Recreativo de Huelva.
Link: http://www.realvalladolid.es/noticias/actualidad/29112014/1-0-El-Pucela-se-desespera-en-Leganes/
Una vez más, no fue el partido del Real Valladolid ante la portería contraria. Es muy difícil explicar cómo un equipo, después de generar media docena de ocasiones de gol se va de vacío. En la primera mitad, cuatro muy claras: un remate de Óscar en el área pequeña que sacó felinamente Serantes; un cabezazo sin oposición de André Leao en un córner que se fue lamiendo el palo; y dos llegadas de Jeffren ante el portero local.
Pero lo cierto es que el Pucela se quedó una vez más sin marcar en la primera mitad, en la que sin dominar claramente el partido, sí fue mejor que el Leganés, al menos en el cómputo global de las ocasiones de gol, aunque el conjunto madrileño también tuvo un par de buenas llegadas que zanjó con su habitual sobriedad Javi Varas.
En la segunda mitad, el C.D. Leganés fue a por el partido sin vacilar y superó claramente al Pucela. La presión pepinera asfixió el juego combinativo del Real Valladolid y con el balón le puso contra las cuerdas una y otra vez, tanto si movía el balón en triangulaciones precisas y rápidas, como si ponía el balón en las proximidades del área con juego directo.
El dominio fue tan claro que Rubi tuvo que meter cambios para recuperar el centro del campo. Entraó Peña para adelantar a Mojica –en la primera parte lateral izquierdo- y después Álvaro Rubio por Bergdich, con el fin de parar al Leganés y recuperar la pelota, pero no lo consiguió y al final el empuje del Leganés fue tan constante que consiguió el gol de una victoria que mereció por su buen fútbol en esa segunda mitad. Sin duda, los segundos 45 minutos en Leganés fueron los peores del Pucela en la Liga y el Leganés mereció el gol que se le niega preocupantemente al Real Valladolid.
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