El regreso de Álex López ayer a los entrenamientos con el Celta fue un mero trámite y el jugador es el primero que es consciente de ello. El ferrolano, con gesto serio, se presentó ayer en A Madroa para completar su primera sesión del curso a las órdenes de Berizzo tras finalizar las vacaciones -una semana más tarde que sus compañeros por haber disputado el play-off con el Sheffield Wednesday, donde jugó como cedido el curso pasado-. Pero el jugador espera que sean las menos posibles.
Álex sabe que Berizzo no cuenta con él y espera poder resolver su futuro lejos de Vigo a la mayor brevedad. Aunque su deseo era seguir en el que ha sido su equipo durante los últimos siete años, asume que la realidad es que con el Toto en el banquillo no hay sitio para él y se centra en encontrar la mejor opción a corto plazo. En principio, su prioridad es alcanzar un acuerdo con algún club de la máxima categoría española. No ve con malos ojos la opción del Valladolid, en la medida en que coincidiría de nuevo con un técnico de cuya confianza ya gozó en su día y que apostó por él como es Paco Herrera. Pero si surge alguna posibilidad en Primera, la priorizará sobre la vía pucelana en la categoría de plata.
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