Mis tres apuntes de la victoria del Real Valladolid ante el Tenerife en Copa
1- Partido muy igualado, muy marcado por la lluvia y el estado del terreno de juego. Sinceramente, creo que toda la suerte que no tuvimos en otros partidos, la tuvimos ayer para no encajar goles en jugadas claras, pero ni Germán, ni Jounini, ni Lozano, al final, estuvieron finos a la hora de rematar. De hecho, defensivamente el equipo sufrió más de lo esperado. Sobre todo en la zona del ataque por la derecha de los tinerfeños y en la zona central. Sólo Markel estuvo a un gran nivel. Nos remataron demasiado fácil en algunas situaciones. Sin embargo, la falta de acierto no es sólo un hándicap para el Valladolid. En el centro del campo, fue notable el trabajo de Luismi y de Anuar, que demuestra un carácter brutal, facilitando ambos una salida muy limpia del balón. De hecho, es una de las cuestiones que más me agradó ayer. Y en la zona de ataque, por el contrario, creo que Mata estuvo demasiado solo. Es verdad que Guzmán apareció y que Sergio Marcos trató de dar el último pase, pero el bagaje ofensivo hasta el final de la segunda parte fue pobre.
2- Los cambios lo revolucionaron todo. Drazic demostró su calidad en las dos jugadas que tenía que hacerlo. En el primero de sus goles estuvo listo, rápido y matador, y en el segundo demostró una calidad impresionante colocando el balón por encima de Falcón. Sin embargo, pareció tener poca gasolina en jugadas anteriores y eso es difícil de entender cuando había entrado mediada la segunda parte. De Tomás demostró todo lo que puede hacer. Lo bueno y lo malo. Lo bueno es que demuestra tener una calidad tremenda, no sólo por el gol, sino por una jugada anterior en la que fue capaz de hacerse hueco para disparar de la nada, amén de demostrar sacrificio para ayudar, en los últimos minutos, en defensa, pero lo malo es que, a veces, le cuesta mirar a sus compañeros. Hubo un par de ocasiones en las que el pase era más sencillo que el disparo y el joven delantero pucelano disparó. Algo normal en los jugadores que juegan de nueve. Nada que no pueda corregir Paco Herrera.
3- Y el último punto es para Ibán Salvador. Me costa, lo sé, que Paco Herrera y varias personas más del club trabajan para calmarle, para limitar un poco ese espíritu guerrillero que hace que esté metido en todos los líos, en todas las disputas, en todas las polémicas. Él da, a él le dan. También finge y me da la sensación de que los árbitros ya le han cogido la matrícula. Todo esto hace que no podamos ver su rendimiento en el campo. Es eléctrico, es rápido, pero amén de sus continuas polémicas, no recordamos situaciones claras de gol, de peligro. Ahora que otros jugadores dan pasos al frente, también al hispanoguineano le toca dar ese paso, porque de no ser así el futuro que le espera es más de manta y banquillo o palco, que de juego. Es hora de que este jugador, que puede aportar mucho, crezca, madure y se empiece a centrar en el fútbol.
PD. Dos partidos seguidos ganando. Aunque este sea de Copa a mí me vale. El equipo parece empezar a tener las ideas claras y muchos jugadores comienzan a dar pasos hacia delante. Falta mucho, pero el futuro se va aclarando.
1- Partido muy igualado, muy marcado por la lluvia y el estado del terreno de juego. Sinceramente, creo que toda la suerte que no tuvimos en otros partidos, la tuvimos ayer para no encajar goles en jugadas claras, pero ni Germán, ni Jounini, ni Lozano, al final, estuvieron finos a la hora de rematar. De hecho, defensivamente el equipo sufrió más de lo esperado. Sobre todo en la zona del ataque por la derecha de los tinerfeños y en la zona central. Sólo Markel estuvo a un gran nivel. Nos remataron demasiado fácil en algunas situaciones. Sin embargo, la falta de acierto no es sólo un hándicap para el Valladolid. En el centro del campo, fue notable el trabajo de Luismi y de Anuar, que demuestra un carácter brutal, facilitando ambos una salida muy limpia del balón. De hecho, es una de las cuestiones que más me agradó ayer. Y en la zona de ataque, por el contrario, creo que Mata estuvo demasiado solo. Es verdad que Guzmán apareció y que Sergio Marcos trató de dar el último pase, pero el bagaje ofensivo hasta el final de la segunda parte fue pobre.
2- Los cambios lo revolucionaron todo. Drazic demostró su calidad en las dos jugadas que tenía que hacerlo. En el primero de sus goles estuvo listo, rápido y matador, y en el segundo demostró una calidad impresionante colocando el balón por encima de Falcón. Sin embargo, pareció tener poca gasolina en jugadas anteriores y eso es difícil de entender cuando había entrado mediada la segunda parte. De Tomás demostró todo lo que puede hacer. Lo bueno y lo malo. Lo bueno es que demuestra tener una calidad tremenda, no sólo por el gol, sino por una jugada anterior en la que fue capaz de hacerse hueco para disparar de la nada, amén de demostrar sacrificio para ayudar, en los últimos minutos, en defensa, pero lo malo es que, a veces, le cuesta mirar a sus compañeros. Hubo un par de ocasiones en las que el pase era más sencillo que el disparo y el joven delantero pucelano disparó. Algo normal en los jugadores que juegan de nueve. Nada que no pueda corregir Paco Herrera.
3- Y el último punto es para Ibán Salvador. Me costa, lo sé, que Paco Herrera y varias personas más del club trabajan para calmarle, para limitar un poco ese espíritu guerrillero que hace que esté metido en todos los líos, en todas las disputas, en todas las polémicas. Él da, a él le dan. También finge y me da la sensación de que los árbitros ya le han cogido la matrícula. Todo esto hace que no podamos ver su rendimiento en el campo. Es eléctrico, es rápido, pero amén de sus continuas polémicas, no recordamos situaciones claras de gol, de peligro. Ahora que otros jugadores dan pasos al frente, también al hispanoguineano le toca dar ese paso, porque de no ser así el futuro que le espera es más de manta y banquillo o palco, que de juego. Es hora de que este jugador, que puede aportar mucho, crezca, madure y se empiece a centrar en el fútbol.
PD. Dos partidos seguidos ganando. Aunque este sea de Copa a mí me vale. El equipo parece empezar a tener las ideas claras y muchos jugadores comienzan a dar pasos hacia delante. Falta mucho, pero el futuro se va aclarando.
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