Juan Villar pudo tumbar al conjunto catalán en la última jugada del partido, pero su remate se fue al larguero
Ni su juego ni la diosa fortuna dieron la posibilidad al Real Valladolid de ganar este domingo en el Nou Estadi de Tarragona, donde empató a uno con un Nástic que tampoco tuvo su mejor día, por lo que la igualada fue el resultado final más lógico.
Con Álvaro Rubio en el campo, el Real Valladolid intentó jugar bien al fútbol, pero no lo consiguió. Casi nunca logró sacar el balón jugado desde atrás ante la presión del Nástic y cuando llegó a posiciones ofensivas con el esférico tampoco consiguió chutar para complicar la tarde a un portero que, en su debut, cometió el típico error de novato que regaló el gol de Rennella en el minuto 25 y que anulaba la ventaja que había tomado el conjunto catalán tres minutos antes, cuando Emaná hizo involuntariamente la pared con Marcelo Silva para plantarse ante Kepa e inaugurar el marcador.
El Nástic se alió con la suerte y la calidad de Emaná para adelantarse en el marcador y el Real Valladolid con los nervios de un portero debutante para empatar.
En la segunda mitad el partido se siguió moviendo en el terreno de la intensidad, pero el buen juego siguió ausente. Ni tampoco apareció la calidad individual para desnivelar la contienda, ni en uno ni en otro bando.
En los primeros compases de la segunda parte, el extremo local Jean Luc regaló el gol a Naranjo, que falló a bocajarro, y el Real Valladolid contestó en la jugada siguiente con una ocasión clarísima de Roger, cuyo disparo ante el portero catalán Varo no encontró portería.
Con estas dos oportunidades, se cerró este apartado contable en el partido, hasta la jugada final del mismo. La iniciativa del Nástic se fue apagando en la última media hora y el Real Valladolid no vio la forma de irse a por la victoria sino que esperó encontrarla en una jugada aislada. Y la jugada apareción de la nada, que era lo difícil, pero el gol se esfumó. Se juntó la calidad de Manu del Moral con el talento de Óscar, que de cabeza dejó un remate a placer a Juan Villar, pero el derechazo del extremo se fue al larguero con el portero completamente batido. Ahí se le escapó al Pucela una victoria que no mereció, pero que tuvo en su mano.
El Real Valladolid llegó a Tarragona a tres puntos del playoff y sale a cinco después de contabilizar ocho jornadas sin perder, anclado a la undécima posición, de la que solo saldrá si el próximo domingo, a partir de las 17 horas, logra ganar a la S.D. Huesca.
Link: http://www.realvalladolid.es/noticias/actualidad/28022016/1-1-Combate-nulo-entre-el-Nastic-y-el-Pucela/
Ni su juego ni la diosa fortuna dieron la posibilidad al Real Valladolid de ganar este domingo en el Nou Estadi de Tarragona, donde empató a uno con un Nástic que tampoco tuvo su mejor día, por lo que la igualada fue el resultado final más lógico.
Con Álvaro Rubio en el campo, el Real Valladolid intentó jugar bien al fútbol, pero no lo consiguió. Casi nunca logró sacar el balón jugado desde atrás ante la presión del Nástic y cuando llegó a posiciones ofensivas con el esférico tampoco consiguió chutar para complicar la tarde a un portero que, en su debut, cometió el típico error de novato que regaló el gol de Rennella en el minuto 25 y que anulaba la ventaja que había tomado el conjunto catalán tres minutos antes, cuando Emaná hizo involuntariamente la pared con Marcelo Silva para plantarse ante Kepa e inaugurar el marcador.
El Nástic se alió con la suerte y la calidad de Emaná para adelantarse en el marcador y el Real Valladolid con los nervios de un portero debutante para empatar.
En la segunda mitad el partido se siguió moviendo en el terreno de la intensidad, pero el buen juego siguió ausente. Ni tampoco apareció la calidad individual para desnivelar la contienda, ni en uno ni en otro bando.
En los primeros compases de la segunda parte, el extremo local Jean Luc regaló el gol a Naranjo, que falló a bocajarro, y el Real Valladolid contestó en la jugada siguiente con una ocasión clarísima de Roger, cuyo disparo ante el portero catalán Varo no encontró portería.
Con estas dos oportunidades, se cerró este apartado contable en el partido, hasta la jugada final del mismo. La iniciativa del Nástic se fue apagando en la última media hora y el Real Valladolid no vio la forma de irse a por la victoria sino que esperó encontrarla en una jugada aislada. Y la jugada apareción de la nada, que era lo difícil, pero el gol se esfumó. Se juntó la calidad de Manu del Moral con el talento de Óscar, que de cabeza dejó un remate a placer a Juan Villar, pero el derechazo del extremo se fue al larguero con el portero completamente batido. Ahí se le escapó al Pucela una victoria que no mereció, pero que tuvo en su mano.
El Real Valladolid llegó a Tarragona a tres puntos del playoff y sale a cinco después de contabilizar ocho jornadas sin perder, anclado a la undécima posición, de la que solo saldrá si el próximo domingo, a partir de las 17 horas, logra ganar a la S.D. Huesca.
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