El Nástic no ha ganado en la Liga pero solo ha perdido tres partidos

El Nastic de Tarragona ejemplifica esos fenómenos extraños que, a veces, suceden en el fútbol. Ha pasado en pocos meses de jugar la fase de ascenso a Primera División a verse en el fondo de la clasificación de Segunda. Aunque en el caso del Nástic, quizá tenga una explicación: el equipo tarraconense ha perdido este verano a sus dos extraordinarios jugadores, Emaná y Naranjo, dos de los mejores jugadores de la pasada Segunda división, y el equipo de Vicente Moreno está en plena fase de adaptación a estas dos bajas importantísimas.

La condición de colista del Nástic es totalmente ficticia. No es el peor equipo de LaLiga 1I2I3, ni mucho menos. Incluso sus malos números en esta temporada ya dejan patente que no es un mal equipo, si se mira el vaso medio lleno: es cierto que no ha ganado ninguno de los nueve partidos que ha jugado, pero sólo tres de sus nuevos rivales ha conseguido vencerle.

El caso es que el equipo de Vicente Moreno muestra un fútbol ordenado, a través de un sistema 1-4-2-3-1, que quiere imponerse al rival a través de juego combinativo, buscando la amplitud con los laterales. Se trata de un conjunto ambicioso, en el que su primera intención es realizar presión tras pérdida.

El equipo grana, tiene plan para su salida de balón, aunque si le aprietan renuncian a ella y su portero, Saja, juega en largo para a partir de ahí buscar la segunda jugada. Cuando tiene la posesión, los laterales ganan altura inmediatamente y doblan a su medio banda cuando se dan las circunstancias para generar superioridades. Tratan de minimizar las pérdidas de balón y buscan apoyos atrás cuando no se puede jugar hacia adelante, a la vez que cambian la orientación. No les importan jugar con el portero. Los medios centros defensivos buscan equilibrar al equipo en todo momento, tanto en ataque con sus apoyos, como en defensa tapando espacios. Por otra parte, no dejan al azar su estrategia ofensiva en saques de esquina y faltas laterales, con movimientos intencionados de acumulación de jugadores y creación de espacios, que complican su defensa.

Los números y las sensaciones en el campo del Nastic no son las típicas de un colista. Es cierto que lleva encajados 13 goles en nueve jornadas, que son muchos, aunque ese no parece su problema principal, sino su estancamiento anotador. Si exceptuamos su último partido en Elche, atípico por su resultado final (4-4), en el que por fin consiguieron ver puerta con claridad, llevaba un gol en los cinco partidos anteriores. Sin embargo su juego no parece bloqueado y fluye alrededor de la idea de tener el balón.

De esta manera, en el Nou Estadi al Nastic le gusta llevar el control del juego a través de la posesión, donde el atacante Alex López, su máximo goleador es un indiscutible y una referencia clara para todos sus compañeros. Su envergadura le ayuda al juego de espaldas, lo que facilita la consolidación de la posesión en la transición ofensiva. Junto a él, partiendo de más atrás, desde la media punta, aunque con mucho recorrido y capacidad para progresar, aparecer con potencia y sorprender, Ikechukwu Uche, con 10 temporadas en Primera División a sus espaldas. Sin lugar a duda, estos dos jugadores serán pilares importantes para revertir su situación actual. Pero será a partir del lunes...

Link: http://www.realvalladolid.es/noticias/actualidad/14102016/Nastic-el-colista-agazapado/



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