Aquel fichaje rana de la "perla brasileña" Oldoni

En la cantera del Atlético Paranaense se formó este corpulento delantero centro hasta dar el salto al primer equipo con 18 años. Fue cedido al Cianorte para foguerarse y regresó a su club de origen para superar la treintena de goles en poco más de dos años, una cifra bien generosa para un chico tan joven, lo que hizo que su nombre se barajase como uno de los más firmes candidatos a triunfar en el fútbol europeo a pocos años vista. Y si su juego no era suficiente para merecer tal cosa, ahí estaba su representante para intentar colocarlo en España. Sonó en verano de 2008 para el Valencia, también para el Betis o Mallorca, incluso para el Real Madrid, pero los 4 kilos que pedían en Brasil por su pase eran excesivos para un completo desconocido, a pesar de sus 191 cm y su notable proyección.
Sabemos que un representante cuando se propone algo no descansa hasta lograrlo, y si en verano no había sido posible, sí lo consiguió en el mercado de invierno. En los últimos días de enero de 2009 el Real Valladolid presumía de haberse hecho con la cesión de la nueva "perla" del fútbol carioca, y tan felices se las prometían que antes siquiera de debutar ya estaban pensando en ejecutar la opción de compra por 3'5 millones de euros para revenderlo posteriormente a algún grande europeo de los que indudablemente se agolparían a las puertas de Zorrilla ofreciendo cifras astronómicas, no en vano había estado luchando por un puesto en la selección olímpica hasta el último minuto con gente como Sobis o Pato. En los escasos 200 minutos que participó le dio tiempo de marca un gol, pero no de plantearle dudas a un Mendilíbar que seguía contando con Goitom, Ogbeche y compañía para la delantera.
Al término de la temporada ya nadie se quería acordar de aquella opción de recompra y no le quedó más remedio que retornar a su país para jugar en el Atlético Mineiro. Esta temporada su incansable agente logró un acuerdo con el Nacional de Madeira para disputar la segunda vuelta del campeonato portugués mejorando un poco sus números de Pucela, alcanzando los 11 partidos disputados y un par de goles. Su destino más inmediato es a estas alturas una incógnita todavía, pero los años van pasando y la a baza de la juventud y de la proyección le quedan dos telediarios, así que nos tememos que su carrera será la de uno de tantos jugadores que sobreviven del fútbol gracias a su pasaporte comunitario y al supuesto prestigio que da eso de ser delantero centro y de Brasil.

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