Carlos Peña es una de las voces autorizadas dentro del vestuario blanquivioleta. Suele ser de los que hilan bien su discurso y saben que sus palabras tendrán una repercusión al día siguiente. Ayer, ante la pregunta de cómo está viviendo Juan Ignacio esta semana, fue muy claro: «Es un momento delicado para el entrenador, la institución, los jugadores, para todos. Todos los que están ahí dentro intentan remar en una misma dirección, intentamos que el equipo se mantenga en Primera. El míster trabaja con ese objetivo, igual que los jugadores, y está afectado como todos, pero mentalizado de que el sábado hay que sacar el partido».
Y esa parece la premisa y el centro de todo: el partido en La Rosaleda. El lateral izquierdo reconoce que no están en su mejor momento anímico -«por nuestros méritos el ánimo está bajo porque la puntuación no es buena ni es para tener esperanza, pero los resultados en esta jornada nos han beneficiado»- y piensa en el choque del Málaga única y exclusivamente: «Aunque estemos bajos de moral, hay que levantarse y solo pensar en este partido, como si fuese el último».
Un triunfo ante los andaluces daría un vuelco a la situación y a la clasificación. «Aún teniendo 22 puntos estamos a 3 de la salvación. Está en nuestras manos y no podemos mirar atrás. Solo pensar en los partidos que quedan y el siguientes es el Málaga».
Por eso, Peña tira de frases que en el mundo del fútbol se escuchan en muchas ocasiones: «Hay que tener esperanza y ser optimistas. Ganando el sábado lo veríamos todo muy diferente (...) Hay que creer y trabajar desde la concentración. En el fútbol son dinámicas, ganas un partido y te cambia la perspectiva de todo. Todo puede pasar. En el partido del sábado nos va la vida».
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