Álvaro Rubio fue uno de los futbolistas que descansó ayer. El riojano volvió a mostrar su clase el sábado, sobre todo en una acción de contragolpe culé, que el medio, como último, cortó con dos recortes: «Es un recurso en décimas de segundo. Tuve la suerte que me salió bien». A pesar de reconocer que el triunfo es una recompensa al esfuerzo de las últimas semanas, él va más allá: «Estamos todos muy apretados, cualquier descuido te puede dejar atrás. Quedan 11 partidos y tienen que ser a muerte todos».
De hecho, aunque el triunfo ante el Barça ha puesto el nombre del Real Valladolid en todo el mundo, el regreso ayer fue de lo más normal: «No hemos hablado nada. Se ve que el ambiente está mejor. Es normal. Pero creo que todo el mundo está pensando en el siguiente».
Y el siguiente es el domingo en Sevilla: «Cogemos confianza y vamos más seguros. Que no quiere decir que por ganar al Barcelona vamos a ganar a todo el mundo...».
A Rubio sí le sorprendió la alineación de Juan Ignacio del pasado sábado, pero eso no les hizo bajar los brazos. Pero, ¿cuándo pensaron realmente que se podía ganar? «Durante la segunda parte nos veíamos fuertes, trabajando bien y todos muy juntos, y a ellos se les hacía difícil llegar a portería. Te lo empiezas a creer aunque tienes que sufrir».
Él fue de los que dejó claro la semana anterior que si no pensase que se podía ganar a los culés ni jugaba. «Salió bien, tuvimos suerte, el equipo trabajó muy bien y tuvimos la recompensa que otras veces no hemos tenido», se sinceró.
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