Sus errores, claves en el primer y último gol de los culés, reabren el debate en la portería
En apenas ocho días, Jesús pasó de ser el verdugo del Málaga, al que fue capaz de arañarle un empate con una actuación notable, a su propia víctima frente al Barça. Sus errores se convirtieron anoche en uno de los principales aliados de la goleada culé, que de hecho comenzó a gestarse con una indecisión del madrileño. Hasta tres errores graves cometió este, que por primera vez desde que pertenece al Levante mostró su lado malo y perdió así buena parte de la ventaja obtenida hasta ahora en la carrera por la titularidad entre palos que mantiene con Mariño, que al igual que él había aterrizado en Orriols con la pretemporada avanzada.
Determinantes resultaron sus indecisiones en el primer y último tanto del líder. Sin embargo, hubo una anteriormente que ya generó cierto desasosiego entre los presen- tes en el Ciutat. No se había cumplido la media hora de juego cuando midió mal una salida a un balón colgado al área y concedió una cabezazo de espaldas pero librado a Neymar. Por suerte, este se marchó a escasos centímetros del palo, que el meta azulgrana sí que había sabido defender a las mil maravillas ante el mismo rival poco antes. En su acción inicial, Jesús había abortado con el cuerpo un tiro a bocajarro del brasileño.
El‘1’granota perdíó el pulso con ‘Ney’ y al partido en el minuto 33, cuando careció de decisión a la hora de frenar un avance del delantero visitante hasta su portería. Puso la mano blanda y, aunque lle- gó a tocarlo, fue incapaz de quedarse con el balón. La consecuencia fue el gol a puerta vacía del brasileño, tras el que empezó a desmoronarse el castillo de naipes granota. Messi fallaría poco después el penalti cometido sobre él mismo, pero el daño, con Vyntra además expulsado rigurosamente con roja directa, el daño ya estaba hecho.
A Jesús, que de nuevo expuso que el juego de pies no es su gran virtud, se le escapó definitivamente entre las manos el aura de salvador ganado en La Rosaleda en la acción del 0-5. Tan rápido quiso lanzar una contra, ya en la recta final y con el resultado claramente decantado en contra de los de Mendilibar, que en la duda entre mandar el esférico a un sitio u otro acabó dejándoselo en bandeja a Messi, que estaba al borde del área. El argentino no perdonó y le batió con una sublime vaselina.
Antes, Sandro y Pedro también habían hurgado en la herida con sendos tantos en remates francos, ante los que poco pudo hacer el madrileño. Este, que hasta anoche contaba con un elevado porcentaje de efectividad, acumuló frente al Barcelona más goles en contra que paradas en favor del equipo.
Noticia: SUPERDEPORTE
En apenas ocho días, Jesús pasó de ser el verdugo del Málaga, al que fue capaz de arañarle un empate con una actuación notable, a su propia víctima frente al Barça. Sus errores se convirtieron anoche en uno de los principales aliados de la goleada culé, que de hecho comenzó a gestarse con una indecisión del madrileño. Hasta tres errores graves cometió este, que por primera vez desde que pertenece al Levante mostró su lado malo y perdió así buena parte de la ventaja obtenida hasta ahora en la carrera por la titularidad entre palos que mantiene con Mariño, que al igual que él había aterrizado en Orriols con la pretemporada avanzada.
Determinantes resultaron sus indecisiones en el primer y último tanto del líder. Sin embargo, hubo una anteriormente que ya generó cierto desasosiego entre los presen- tes en el Ciutat. No se había cumplido la media hora de juego cuando midió mal una salida a un balón colgado al área y concedió una cabezazo de espaldas pero librado a Neymar. Por suerte, este se marchó a escasos centímetros del palo, que el meta azulgrana sí que había sabido defender a las mil maravillas ante el mismo rival poco antes. En su acción inicial, Jesús había abortado con el cuerpo un tiro a bocajarro del brasileño.
El‘1’granota perdíó el pulso con ‘Ney’ y al partido en el minuto 33, cuando careció de decisión a la hora de frenar un avance del delantero visitante hasta su portería. Puso la mano blanda y, aunque lle- gó a tocarlo, fue incapaz de quedarse con el balón. La consecuencia fue el gol a puerta vacía del brasileño, tras el que empezó a desmoronarse el castillo de naipes granota. Messi fallaría poco después el penalti cometido sobre él mismo, pero el daño, con Vyntra además expulsado rigurosamente con roja directa, el daño ya estaba hecho.
A Jesús, que de nuevo expuso que el juego de pies no es su gran virtud, se le escapó definitivamente entre las manos el aura de salvador ganado en La Rosaleda en la acción del 0-5. Tan rápido quiso lanzar una contra, ya en la recta final y con el resultado claramente decantado en contra de los de Mendilibar, que en la duda entre mandar el esférico a un sitio u otro acabó dejándoselo en bandeja a Messi, que estaba al borde del área. El argentino no perdonó y le batió con una sublime vaselina.
Antes, Sandro y Pedro también habían hurgado en la herida con sendos tantos en remates francos, ante los que poco pudo hacer el madrileño. Este, que hasta anoche contaba con un elevado porcentaje de efectividad, acumuló frente al Barcelona más goles en contra que paradas en favor del equipo.
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