La final de la Copa del Rey, con Felipe VI en el palco, se jugará en Zorrilla horas después del fútbol. El derbi local Quesos Entrepinares-El Salvador llenará las 26.000 butacas de Zorrilla.
Valladolid va a vivir un fin de semana histórico. El próximo. La pasión por el rugby, deporte minoritario en España pero que en la capital pucelana tiene uno de sus núcleos de mayor implantación popular, va a generar un hito sin precedentes en nuestro país dentro del ámbito del balón ovalado.
La final de la Copa del Rey, a la que llegaron hace dos meses los dos equipos de Primera División que tiene Valladolid -el Quesos Entrepinares y El Salvador Silver Storm-, va a disputarse el domingo en el estadio de Zorrilla y, contra todo pronóstico, ¡se han vendido las 26.100 localidades! y el coliseo vallisoletano estará a reventar, como un pequeño Twickenham, el mítico estadio londinense donde el rugby es una religión para los británicos. Además, el rey Felipe VI ha confirmado la presencia en el palco, lo que da un realce y una dimensión sin precedentes a este evento rugbístico en España que también va a ser noticia en el ámbito europeo por su rareza.
¿Qué tiene que ver esta extraordinaria historia con el Real Zaragoza? Pues todo, en lo que hace referencia al envoltorio ambiental del próximo partido de los blanquillos, que tendrá lugar precisamente en Zorrilla, en la noche del sábado ante el Valladolid (20.15), pocas horas antes de la fiesta histórica antes descrita, que está programada para la tarde del domingo. De hecho, la circunstancia de que el choque Real Valladolid-Real Zaragoza se adelantase al sábado por parte de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) vino marcada desde el inicio de la elaboración del calendario de la jornada por la confirmación de que la Copa del Rey de rugby se había ubicado en el estadio vallisoletano.
Nada más que concluya el partido de fútbol entre zaragocistas y castellanos, a eso de las 10 y cuarto de la noche del sábado, varias cuadrillas de operarios, debidamente asesorados, arrancarán las porterías del campo de Zorrilla -extraña maniobra nunca antes vista- y colocarán los altos y aparatosos palos de rugby en ambos fondos del terreno de juego. Otros, simultáneamente, intentarán borrar las casi perennes marcas de cal del campo de fútbol e irán tirando cuerdas y medidas para, por primera vez en la historia, delimitar con líneas blancas las dimensiones y áreas de un campo de rugby.
El partido de fútbol ha quedado totalmente eclipsado por esta vorágine. En la ciudad vallisoletana se han hecho camisetas alusivas a tan magno evento: “Valladolid, capital del rugby”, se lee en el pecho. Los medios de comunicación y grandes comercios han hecho la promoción de la venta de localidades que ha terminado por agotarse ante la sorpresa mayúscula de propios y extraños.
Mientras toda la ciudad y alrededores vive para el rugby estos días previos, el Real Valladolid-Real Zaragoza, anticipado a la fuerza al sábado, es un elemento casi molesto en el plan de ocio del fin de semana. El equipo local está de capa caída, el 14º en la tabla. Sumido en una crisis que hace tambalearse incluso al entrenador, Miguel Ángel Portugal. Nadie cree en el pretendido ascenso. El 4-0 encajado por los blanquivioletas en Leganés el sábado pasado ha terminado por enfriar el ambiente futbolístico de la ciudad del Pisuerga. Los cálculos dicen que a Zorrilla, para ver al Zaragoza, no irán más de 8.000 o 9.000 espectadores. Un cuarto de aforo menos que horas después se cubrirá para ver el rugby. Alucinante.
Este es el atípico ambiente que rodea al próximo partido de los zaragocistas. Un fin de semana fuera de serie en Valladolid. Para frotarse los ojos.
Link: http://www.heraldo.es/noticias/deportes/futbol/real-zaragoza/2016/04/11/el-rugby-eclipsa-partido-valladolid-real-zaragoza-842043-611027.html
Valladolid va a vivir un fin de semana histórico. El próximo. La pasión por el rugby, deporte minoritario en España pero que en la capital pucelana tiene uno de sus núcleos de mayor implantación popular, va a generar un hito sin precedentes en nuestro país dentro del ámbito del balón ovalado.
La final de la Copa del Rey, a la que llegaron hace dos meses los dos equipos de Primera División que tiene Valladolid -el Quesos Entrepinares y El Salvador Silver Storm-, va a disputarse el domingo en el estadio de Zorrilla y, contra todo pronóstico, ¡se han vendido las 26.100 localidades! y el coliseo vallisoletano estará a reventar, como un pequeño Twickenham, el mítico estadio londinense donde el rugby es una religión para los británicos. Además, el rey Felipe VI ha confirmado la presencia en el palco, lo que da un realce y una dimensión sin precedentes a este evento rugbístico en España que también va a ser noticia en el ámbito europeo por su rareza.
¿Qué tiene que ver esta extraordinaria historia con el Real Zaragoza? Pues todo, en lo que hace referencia al envoltorio ambiental del próximo partido de los blanquillos, que tendrá lugar precisamente en Zorrilla, en la noche del sábado ante el Valladolid (20.15), pocas horas antes de la fiesta histórica antes descrita, que está programada para la tarde del domingo. De hecho, la circunstancia de que el choque Real Valladolid-Real Zaragoza se adelantase al sábado por parte de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) vino marcada desde el inicio de la elaboración del calendario de la jornada por la confirmación de que la Copa del Rey de rugby se había ubicado en el estadio vallisoletano.
Nada más que concluya el partido de fútbol entre zaragocistas y castellanos, a eso de las 10 y cuarto de la noche del sábado, varias cuadrillas de operarios, debidamente asesorados, arrancarán las porterías del campo de Zorrilla -extraña maniobra nunca antes vista- y colocarán los altos y aparatosos palos de rugby en ambos fondos del terreno de juego. Otros, simultáneamente, intentarán borrar las casi perennes marcas de cal del campo de fútbol e irán tirando cuerdas y medidas para, por primera vez en la historia, delimitar con líneas blancas las dimensiones y áreas de un campo de rugby.
El partido de fútbol ha quedado totalmente eclipsado por esta vorágine. En la ciudad vallisoletana se han hecho camisetas alusivas a tan magno evento: “Valladolid, capital del rugby”, se lee en el pecho. Los medios de comunicación y grandes comercios han hecho la promoción de la venta de localidades que ha terminado por agotarse ante la sorpresa mayúscula de propios y extraños.
Mientras toda la ciudad y alrededores vive para el rugby estos días previos, el Real Valladolid-Real Zaragoza, anticipado a la fuerza al sábado, es un elemento casi molesto en el plan de ocio del fin de semana. El equipo local está de capa caída, el 14º en la tabla. Sumido en una crisis que hace tambalearse incluso al entrenador, Miguel Ángel Portugal. Nadie cree en el pretendido ascenso. El 4-0 encajado por los blanquivioletas en Leganés el sábado pasado ha terminado por enfriar el ambiente futbolístico de la ciudad del Pisuerga. Los cálculos dicen que a Zorrilla, para ver al Zaragoza, no irán más de 8.000 o 9.000 espectadores. Un cuarto de aforo menos que horas después se cubrirá para ver el rugby. Alucinante.
Este es el atípico ambiente que rodea al próximo partido de los zaragocistas. Un fin de semana fuera de serie en Valladolid. Para frotarse los ojos.
Link: http://www.heraldo.es/noticias/deportes/futbol/real-zaragoza/2016/04/11/el-rugby-eclipsa-partido-valladolid-real-zaragoza-842043-611027.html
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