Reconoce que es un partido especial y que le gustaría jugar, aunque asume su suplencia
Ojos vidriosos, corazón sereno. Jaime Jiménez regresa al Martínez Valero. La que fue su casa durante tres temporadas. Estará, pero no jugará. Eso dice la teoría y Juan Ignacio Martínez, que se ha decantado en este inicio de campaña por Mariño. Cuerpo incompleto. Con corazón pero sin alma durante 90 minutos. Luego, todo cambia.
El manchego lo tiene claro. La vía de la titularidad llega por el trabajo. Entrenarse bien para convencer. Sudar para jugar. Y lo hará. La temporada pasada lo consiguió después de estar a la sombra de Dani Hernández y este año "no voy a parar de intentarlo".
De momento, el lunes el Martínez Valero. Buenos recuerdos. Aroma de éxito. "Junto con el Real Valladolid es el equipo en el que más tiempo he estado. Allí viví muy buenos momentos y dejé grandes amigos y por eso siempre será un partido especial para mí", recordaba, para, poco después, volver a la realidad y ser consciente de que verá el partido desde el banquillo. "Sería más bonito si pudiera jugar, pero imagino que estaré en el banquillo, así que intentaré ayudar desde ahí para que el equipo pueda conseguir tres puntos que son importantes para nosotros", reconoce.
La experiencia le da serenidad. Sabe que la temporada es muy larga. "Estoy tranquilo. Quizá el año pasado afronté la suplencia de otra manera. Creo que el fútbol no fue justo conmigo. Este año es diferente. Sé que esto es fútbol, que es una empresa y hay un entrenador nuevo. Él ha apostado por Mariño y a mí lo único que me queda es trabajar duro todos los días para que cambie de opinión", asegura.
No es de los que se rinden. "Nunca bajo los brazos. No me han regalado nada, no tengo padrinos, llevo 15 años pegando barrigazos por toda España y soy muy cabezón y no voy a parar ahora. Me he comido mucha mierda en Segunda B, Segunda y no voy a parar ahora que estoy en la máxima categoría del fútbol español", puntualiza para echar la vista atrás y hacer balance de sus dos temporadas en el club. "Creo que los dos años que he estado en Valladolid han sido buenos. La temporada pasada hubo algo raro que me apartó de la titularidad, pero no bajé los brazos y conseguí recuperar el puesto. Todo eso me da energías porque demuestra que tengo nivel para estar en Primera", reflexiona.
Pero prefiere hablar en tercera persona del plural. Cambiar el yo por el nosotros. Antes de nada, el Real Valladolid. Así lo siente: "Lo importante sigue siendo el equipo, conseguir el objetivo de la salvación, hacer un buen fútbol y empezar por sumar los tres puntos ante el Elche. Si ganamos este inicio que hemos tenido lo arreglamos rápido, porque te metes en una posición cómoda".
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