Tablas entre Málaga y Valladolid (2-2) en un encuentro de alternativas, con una mitad para cada conjunto y que cambió sorprendentemente de rumbo en momentos puntuales. Pegó antes el cuadro costasoleño, remontaron los castellanos con dos goles de córner y firmó el definitivo empate el joven Pawlowski con una auténtica obra de arte.
La igualdad fue nota dominante en el Nuevo José Zorrilla durante el tramo inicial del primer periodo. Posesión alterna, primeros intentos más bien tímidos de poner a prueba a los dos excelentes porteros que se daban cita en Pucela. Nadie tenía derecho a reclamar ventaja, hasta que el Málaga hizo méritos para ello.
Fue una bonita acción colectiva del conjunto de Bernd Schuster a la altura de tres cuartos, con buena circulación de pelota hasta llegar a pies de Fernando Tissone. El argentino ha comenzado la campaña a un nivel portentoso, con aportaciones menos conocidas en su fútbol como la llegada al área rival para el remate o la asistencia. Exquisita fue la que le dio aRoque Santa Cruz, entre un bosque de rivales, para que el paraguayo ejecutase.
Desde ese instante y hasta el descanso, el Málaga tomó las riendas del encuentro, con el inspirado Tissone como catalizador. Los andaluces estiraron sus posesiones sin renunciar a ir hacia arriba, aunque cuando más cerca estuvo el segundo fue en un libre directo que el chileno Morales lanzó contra la barrera. La trayectoria cambió y desarmó a Mariño, que respiró cuando vio que se iba fuera por centímetros.
Juan Ignacio Martínez no se lo pensó y buscó dinamismo en el intermedio, retirando a un Rama poco afortunado para introducir a Omar. A los cinco minutos, la plaga de lesiones en el mediocampo blanquivioleta alcanzó a Sastre, que dejó su plaza a Fausto Rossi. Pero ni por esas cambiaron de plan los locales, decididos a asediar a su rival. Bajo un chaparrón tremendo, se volcaron sobre Willy Caballero y pronto el artillero Javi Guerra cabeceó a la red un centro de córner de Ebert, ante la pasividad de una defensa más tiesa que en zona y, sobre todo, de su marcador Tissone.
El rumbo del choque había cambiado, y lo dejaron claro Humberto Osorio y el propio Javi Guerra segundos después del gol del empate. Batalló el colombiano hasta ganar espacio para asistir a su compañero de ataque, que remató a las nubes. El Málaga no sólo había soltado el timón: también se había echado atrás, perdiendo seguridad; y para colmo de males, sin que su técnico reaccionase desde el banquillo hasta verse por detrás.
Porque en pleno acoso llegó otro córner, que el Valladolid aprovechó para calcar la acción que le había brindado el empate. La única diferencia fue que esta vez fue Osorio quien asestó el testarazo a centro de Ebert. Por lo demás, postal idéntica, en especial de la zaga del Málaga, puro atrezo.
No ofrecían síntomas de reacción los visitantes, pero cuando Schuster se decidió a hacer cambios, encontró frescura. No es el que su equipo recuperase el control, pero sí ganó en mordiente en los metros finales. Pero sobre todo, Pawlowski. El polaco hizo una auténtica barbaridad para empatar el partido: recibió de espaldas, dentro del área, un balón llovido desde la derecha; orientó su control y remató a la media vuelta con la zurda, ajustado al palo. Uno de los grandes goles de esta Liga, por más que queden 31 jornadas.
El otro hombre de refresco del Málaga, El Hamdaoui, pudo poner el 2-3 con un disparo que repelió el travesaño, tras desviar un defensa. Al final, empate y reparto de puntos, quizá más extraño que realmente justo. No agradará del todo a nadie: ambos sintieron la victoria en la mano, la creyeron segura y la dejaron escapar casi sin darse cuenta.
La clave: El descanso, que cambió al Valladolid; y la entrada de Pawlowski, que rescató a un Málaga perdido. Dos momentos que cambiaron radicalmente el rumbo del partido.
La clave: El descanso, que cambió al Valladolid; y la entrada de Pawlowski, que rescató a un Málaga perdido. Dos momentos que cambiaron radicalmente el rumbo del partido.
El mejor: Patrick Ebert. Una vez más, se demuestra la importancia capital de contar con un especialista a balón parado. El alemán es uno de los mejores de la Liga. Mención especial para Humberto Osorio, que va a más en cada partido que juega.
Lo peor: La debilidad del Málaga en los córners. Los de Schuster llegaban a Zorrilla como el conjunto menos goleado y encajaron con facilidad en la estrategia. También pusieron la nota negativa las lesiones: se fueron con problemas Sastre, Omar y Eliseu. Ebert tuvo que acabar casi cojeando por haberse agotado los cambios.
FICHA DEL PARTIDO
Real Valladolid: Mariño; Rukavina, Rueda, Valiente, Peña; Sastre (Fausto Rossi, 50'), Baraja; Rama (Omar, 46') (Alcatraz, 74'), Ebert, Osorio y Javi Guerra.
Málaga CF: Willy Caballero; Jesús Gámez, Sergio Sánchez, Angeleri, Antunes; Tissone, Camacho; Morales (Pawlowski, 72'), Portillo (Duda, 84'), Eliseu (El Hamdaoui, 71'); y Roque Santa Cruz.
Goles: 0-1 Roque Santa Cruz (min. 23); 1-1 Javi Guerra (min. 56); 2-1 Humberto Osorio (min. 64); 2-2 Pawlowski (min. 76).
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