Las limitaciones económicas para fichar jugadores obligan a poneratención a la cantera

«No podemos permitirnos el lujo de recuperar jugadores». Palabras textuales de Juan Ignacio Martínez como balance de la prueba al extremo franco-marroquí Jaouad Zairi, un internacional que no pasó el corte. La otra razón, expuesta con algún circunloquio, es que el Real Valladolid no tiene capacidad para aceptar las pretensiones económicas de este tipo de futbolistas.
Alberto Marcos, el director deportivo del Real Valladolid, no para de intentarlo. Busca calidad a bajo precio y con carta de libertad, condiciones imprescindibles para repoblar una plantilla muy justa que necesitará refuerzos para concluir la temporada. Y es posible que un día de estos dé con la clave: un goleador nato y asequible; un mediocentro que multiplique la efectividad de los delanteros, o un central que apuntale definitivamente lo que hay y haga olvidar que para que el Valladolid gane tiene que superar ese par de goles que encaja por despistes.
Pero el mercado de invierno está a las puertas y la caja no da para jugadores con garantías para cubrir las expectativas de Juan Ignacio Martínez, lo que obliga a mirar con más atención lo que hay en el club: una cantera que está pidiendo a gritos jugar en el primer equipo y que solo en una ocasión encontró el resquicio para colarse en un partido de primera. Fue Zubi, el 30 de octubre, frente a la Real Sociedad, en Zorrilla. Durante los seis minutos que sustituyó a Guerra dejó buenas sensaciones.
Nueve convocados
Ocurrió a principios de octubre. Pero su inclusión en la convocatoria era para una competición menor: la Copa de Castilla y León. Juan Ignacio Martínez utilizó aquel partido frente a la Ponferradina para comprobar las posibilidades de algunos de los canteranos que circunstancialmente entrenan con el primer equipo.
Carmona, Iván Casado, Pesca, Rubén Díaz, Zubi, Alex, Alberto, Anuar y Vadillo fueron llamados por el entrenador del primer equipo para el experimento. Algunos de ellos ya habían formado parte de la lista de convocados para algún encuentro de primera con el objetivo de paliar la epidemia de lesiones que ha padecido el club durante este principio de temporada. Otros prueban con cierta frecuencia en los entrenamientos semanales que se desarrollan en los Anexos.
Martínez lo sabe
Juan Ignacio Martínez es consciente de las limitaciones económicas del club. Pero su compromiso con el Real Valladolid le exige resultados inmediatos y, a pesar de las rotaciones no parece haber encontrado la solución.
El entrenador alicantino ha contado con los jugadores de la cantera desde el primer momento. De hecho, incluyó en la concentración de pretemporada a Quique y Lolo, dos canteranos que, ante la convicción de que no contaban con ellos, abandonaron el club.
A lo largo de los catorce encuentros de Liga disputados, Martínez ha seguido mirando a la cantera ante las dificultades del director deportivo para darle lo que pedía. Pero casi ninguno de los canteranos del filial ha superado el corte de los entrenamientos.
Y el club bascula entre retener a los que tiene, para evitar nuevas deserciones de jóvenes formados en el Promesas, como Lolo o Quique, y seguir intentado buscar jugadores con garantías para jugar en primera a precios acordes a su situación económica.
El paso que más cuesta
Javier Torres Gómez, el entrenador del Promesas, tiene una parte de responsabilidad en el reabastecimiento de la primera plantilla. Y los números acreditan, hoy por hoy, el éxito de su trabajo. El Promesas, que milita en el Grupo VIII de la Tercera División figuraba antes de la jornada de ayer en el primer puesto de la tabla, con 34 puntos.
Torres Gómez conoce la situación del club pero es extremadamente discreto a la hora de hacer públicas las posibilidades de que alguno de sus jugadores pueda incorporarse al primer equipo.
«La principal diferencia entre los de Primera y los de la cantera es la velocidad y la intensidad en el juego. La capacidad de tomar decisiones rápidamente».
El entrenador del filial reconoce que el sueño de todos sus jugadores es que les llamen del primer equipo, «pero el último paso es el que más cuesta».
Asegura Torres Gómez que el de la cantera es un trabajo a largo plazo, difícil de valorar a corto y que el problema es que el primer equipo necesita soluciones, resultados a de forma inmediata.
«Pero estamos en disposición de ayudar. Cuando el míster (Juan Ignacio Martínez) lo crea oportuno, puede disponer de los jugadores. El, además los conoce a todos y utiliza los que considera oportuno para entrenar».
Torres Gómez es también cauteloso a la hora de dar nombres y no da su opinión sobre los que pueden estar más preparados para dar el salto, pero admite que «el primer equipo es asequible para algunos de nuestros jugadores» Sobre la ventaja de que el promesas estuviera en Segunda B dice que hay equipos más poderosos que tampoco aguantan en esa categoría.
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