Hablar de Colombia en el Real Valladolid es hacerlo, positivamente, de Harold Lozano y, negativamente, de la temporada 1991/1992. Pese a que con la llegada de Johan Mojica, nuevo lateral pucelano, se cumple el décimo fichaje de un jugador colombiano, ambos puntos enfrentados marcan el recuerdo de dicho país en el contexto pucelano. Hablar del potente centrocampista que vivió seis temporadas en el estadio José Zorrilla es referirse a uno de los jugadores más queridos y valorados de una de las mejores generaciones de la historia reciente blanquivioleta. Así, el futbolista consiguió con su rendimiento eliminar parte del recuerdo que tres compatriotas suyos habían dejado años antes. Carlos Valderrama, René Higuita y Leonel Álvarez fueron señalados en 1992 como grandes culpables del descenso pucelano.
Ninguna de las tres estrellas sudamericanas consiguió rendir al nivel esperado y, con su marcha en el mercado de invierno, demostraron su poco compromiso con el club blanquivioleta. El dolor de aquel descenso sólo pudo ser olvidado, en lo que a Colombia se refiere, por Harold Lozano ya que, tristemente, ningún otro compatriota ha conseguido hacerlo. Ni Edwin Congo, que procedía del Real Madrid, ni Alcatraz García, que ilusionó como pocos jugadores en la pasada temporada, consiguieron mantener el nivel esperado. Ni ellos ni los otros tantos jugadores procedentes del país cafetero pudieron rozar el magnífico recuerdo de aquel poderoso centrocampista de casi dos metros de estatura.
244 partidos colombianos y 14 goles
Harold Lozano disputó 113 partidos de blanquivioleta, cifra que roza el 50% de la participación colombiana en el Real Valladolid. Resulta curioso y elocuente que tras él, el que mejor cifra ostenta sea Leonel Álvarez que no llegó a completar ninguna de sus dos temporadas y que fue expulsado en tres ocasiones y recibió 18 cartulinas amarillas.
Las cifras del hoy entrenador y ex preparador de Mojica parecen buenas gracias al nefasto rendimiento de los siguientes colombianos en llegar al Real Valladolid. Los 14 partidos de Edwin Congo y su solitario gol hablan de la tristeza de su paso por la ciudad del Pisuerga. Al igual que él, Jairo Castillo, que en 2005 sumó dos goles en 12 partidos. Un compatriota que no llegó a triunfar pero no por falta de interés particular fue José Julián de la Cuesta. El expeditivo central participó en 11 partidos en la campaña 2006/2007. Una grave lesión muscular le dejó fuera de los terreno de juego durante varios meses y frenó el sublime inicio de temporada que firmó con dos tantos en los primeros cinco partidos.
Decepción reciente
La ilusión que generó el central colombiano fue alta en sus primeros partidos. José Luis Mendilibar confiaba en él y el futbolista conseguía convencer al público. Desde aquel inicio del defensa, ningún otro colombiano generó tanta expectación hasta la llegada, el pasado verano, de Gilberto García. El lateral consiguió encandilar al público con su pretemporada pero, poco a poco, se fue diluyendo. La llegada de su compatriota Humberto Osorio no ayudó y ambos jugadores terminaron entrenando en una espiral de conformismo y dejadez que mató todas las expectativas que se habían creado con sus respetivas llegadas.
Con el recuerdo fresco de Osorio y Alcatraz, Mojica llega al estadio José Zorrilla con ilusión pero sin conocer el mal recuerdo que siete de sus compatriotas han dejado el entorno blanquivioleta. Sólo el liderazgo de Harold Lozano y el pundonor de De la Cuesta mantienen vivo el espíritu cafetero en la avenida del Mundial 82.
Link: http://www.linternadevelasco.es/wp/2014/07/28/el-decimo-colombiano-de-la-historia-pucelana/
Ninguna de las tres estrellas sudamericanas consiguió rendir al nivel esperado y, con su marcha en el mercado de invierno, demostraron su poco compromiso con el club blanquivioleta. El dolor de aquel descenso sólo pudo ser olvidado, en lo que a Colombia se refiere, por Harold Lozano ya que, tristemente, ningún otro compatriota ha conseguido hacerlo. Ni Edwin Congo, que procedía del Real Madrid, ni Alcatraz García, que ilusionó como pocos jugadores en la pasada temporada, consiguieron mantener el nivel esperado. Ni ellos ni los otros tantos jugadores procedentes del país cafetero pudieron rozar el magnífico recuerdo de aquel poderoso centrocampista de casi dos metros de estatura.
244 partidos colombianos y 14 goles
Harold Lozano disputó 113 partidos de blanquivioleta, cifra que roza el 50% de la participación colombiana en el Real Valladolid. Resulta curioso y elocuente que tras él, el que mejor cifra ostenta sea Leonel Álvarez que no llegó a completar ninguna de sus dos temporadas y que fue expulsado en tres ocasiones y recibió 18 cartulinas amarillas.
Las cifras del hoy entrenador y ex preparador de Mojica parecen buenas gracias al nefasto rendimiento de los siguientes colombianos en llegar al Real Valladolid. Los 14 partidos de Edwin Congo y su solitario gol hablan de la tristeza de su paso por la ciudad del Pisuerga. Al igual que él, Jairo Castillo, que en 2005 sumó dos goles en 12 partidos. Un compatriota que no llegó a triunfar pero no por falta de interés particular fue José Julián de la Cuesta. El expeditivo central participó en 11 partidos en la campaña 2006/2007. Una grave lesión muscular le dejó fuera de los terreno de juego durante varios meses y frenó el sublime inicio de temporada que firmó con dos tantos en los primeros cinco partidos.
Decepción reciente
La ilusión que generó el central colombiano fue alta en sus primeros partidos. José Luis Mendilibar confiaba en él y el futbolista conseguía convencer al público. Desde aquel inicio del defensa, ningún otro colombiano generó tanta expectación hasta la llegada, el pasado verano, de Gilberto García. El lateral consiguió encandilar al público con su pretemporada pero, poco a poco, se fue diluyendo. La llegada de su compatriota Humberto Osorio no ayudó y ambos jugadores terminaron entrenando en una espiral de conformismo y dejadez que mató todas las expectativas que se habían creado con sus respetivas llegadas.
Con el recuerdo fresco de Osorio y Alcatraz, Mojica llega al estadio José Zorrilla con ilusión pero sin conocer el mal recuerdo que siete de sus compatriotas han dejado el entorno blanquivioleta. Sólo el liderazgo de Harold Lozano y el pundonor de De la Cuesta mantienen vivo el espíritu cafetero en la avenida del Mundial 82.
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